Tendemos a creer que nuestro cuerpo físico va por un lado y, nuestra mente por otro, sin embargo, es a veces cuando sobre pasamos nuestros propios límites cuando el cuerpo nos da señales de que algo no está yendo bien.

Tomar conciencia de él, soltar tensiones acumuladas, llevar nuestra atención a respirar en molestias que podamos estar experimentando, tratarnos con respeto …es clave para no llegar a los extremos. Por ello, la combinación del entrenamiento de nuestra mente (a través de la práctica de mindfulness) y el mantenimiento de nuestro cuerpo físico es crucial para mantenernos en equilibrio.

Mindfulness fue traído a Occidente de la mano de un médico pionero en la investigación de los beneficios de la atención plena. 

Como obtuvo buenos resultados, muchos otros científicos se interesaron por el mindfulness y comenzaron a hacer estudios. Así es cómo demostraron los beneficios que tiene esta práctica.